miércoles, 31 de octubre de 2012

Frida Kahlo: Una surrealista por instinto

Estoy buscando un tema para mi próximo ensayo, no que me guste escribir tanto, yo soy más visual; sin embargo debo escribir como requisito para aprobar mis clases en la facultad. Por fortuna mía el próximo ensayo no tiene que ser sobre literatura, sino que quedó abierto para cualquier temática.  Partiendo desde ahí ya es una ventaja para mí pues podría escribir libremente sobre "lo que sea".

Pues bien, he sentido escribir sobre algo que realmente disfruto: las artes plásticas, sobre el surrealismo en la obra de Frida Kahlo para ser más específica. Para este fin he decidido tomar como base una de las pinturas que más me gustan de ella: Lo que vi en el agua o lo que el agua me dio (1938) la cual representa uno de los trabajos más emblemáticos de Frida Kahlo ya que encierra muchos de los acontecimientos ocurridos en su vida.

Cuando Andre Breton visitó la casa del matrimonio Rivera-Kahlo en la primavera de 1938 y vio la pintura dijo que el trabajo de Frida era instintivamente surrealista y se asombró que ella hubiese podido alcanzar ese estado puro de surrealismo sin tener conciencia alguna sobre el movimiento.

A pesar de esto, Frida jamás se considero surrealista,  de hecho, ella se opuso a que Breton la incluyera entre los surrealistas. Cito sus palabras: Se me tomaba por surrealista. Ello no es correcto. Yo nunca he pintado sueños. Lo que yo he representado era mi realidad. Según esta declaración hecha por la artista, ella no debía figurar dentro de este movimiento, no obstante, Breton no sólo la consideró como tal sino que también la incluyó dentro de su ensayo Surrealismo y Pintura utilizando como referencia la pintura antes citada. Por si fuera poco, Bretón se refirió a la pintura en el artículo Las tendencias más recientes de la pintura surrealista publicado en la revista Minotaure (1939). 

Frida Kahlo se expresó de manera despectiva hacia los surrealistas en más de una ocasión. No puedes imaginarte lo joputas que son está gente [...] Me hacen vomitar. Son tan condenadamente "intelectuales" y degenerados, que ya no los aguanto más [...] Ha valido la pena venir aquí para ver por qué Europa se pudre y que todos estos tunantes son la razón de todos los Hitlers y Mussolinis. Te apuesto que, mientras viva, voy a odiar este lugar y sus habitantes. Con estas palabras expresó Frida su desprecio hacia los surrealistas en una carta dirigida a Nickolas Muray (con quien sostuvo un romance) durante su estancia en París, país que visitaba para llevar a cabo la exposición Mexique.

La pintura Lo que vi en el agua o lo que el agua me dio fue firmada por Frida en el año de 1939, pero su fecha de elaboración corresponde al año anterior. A su regreso a Mexico el cuadro fue entregado a Muray para saldar una deuda de $400 que mantenía con el fotografo. Actualmente se puede apreciar en el Isadore Ducasse, Museo de Arte de New York.

Y finalizo esta entrada (que para nada constituye mi ensayo) con una frase de Frida Kahlo refiriéndose a esta pintura Es una imagen del tiempo que va pasando...sobre tiempo y juegos de la niñez en la bañera [...] 

miércoles, 24 de octubre de 2012

Una anécdota de Juana la Loca


Últimamente he andado muy compenetrada con la poesía de Juana Pavón -a quien no he tenido la fortuna de conocer- esta mujer y su obra son excepcionales. Si alguno de ustedes tiene el contacto de esta señora, haganmelo saber para entregarle la caricatura que le he hecho. Bueno, ya suficiente de palabrería, en esta ocasión les quiero compartir esta anécdota escrita por el reconocido escritor hondureño Eduardo Bähr de quien ya me referiré a él en otra ocasión, por hoy, este post, es sobre Juana Pavón y otra de sus "locuras".

JUANA MORAZÁN
(Sobre una aventura de Juana Pavón)
Por: Eduardo Bähr


Eran las doce del dí­a y Juana estaba cómodamente sentada sobre el anca del caballo de Francisco Morazán, en la Plaza Central, abrazada a la estatua y aún envuelta en las espesas volutas de la crápula nocturna recién pasada. La gente se arremolinaba riendo, burlándose y con cierta aprensión, al pie de lo que consideraba un símbolo de la patria mancillado por esa "loca".

En eso llegó un humilde policía que cargaba una carabina 7mm (de las que tenía el ejército hondureño cuando hizo una guerra en 1969). Por supuesto que conocí­a a Juana -quién no-; así que con voz suave conminó: "Por favor, doña loca, bájese del caballo de mi general".

-¡Te iba a decir que te bajaras vos, pero ya no podés bajarte más, enano hijueputa! -Contestó Juana.

La multitud aumentaba. La hilaridad y las burlas, ahora trasladadas contra el representante de la ley, se oían hasta en Comayagüela, la ciudad gemela. El espectáculo continuó, con los tres personajes (la estatua cuenta, como veremos) durante casi media hora, hasta que el agente perdió la paciencia y, apuntándole con su fusil, le gritó: "¡Te digo que te bajés, loca cabrona!".

Sobre la plaza, cuyos árboles estaban copados por bulliciosos pajarracos, se hizo un silencio que sólo podía ser cortado por los casi inaudibles chillidos de los vampiros de la catedral. Todos, lustradores, vendedores, paseantes, predicadores, rateros encubiertos, mujeres de lavidalegre, en el centro de Tegucigalpa, capital de Honduras, se quedó en pose de teatro congelada. Juana miró primero al chafita, después a la multitud y por último a Morazán. Acercó su boca a la oreja de la estatua y lo que dijo fue escuchado perfectamente hasta por el más alejado de los parroquianos:

-General, ¡aunque te digan loca cabrona, no te bajés!

lunes, 22 de octubre de 2012

Homenaje a Juana Pavón



Juana la Loca
                         Emulando a Federico García Lorca.

Estoy loca
porque nadie podrá darme
distancias, ni límites
ni futuros
eso sólo yo puedo dármelos.
Quiero que todas se enteren
que estoy loca
por no encontrar lo que yo buscaba.
Lo busqué debajo de las piedras
debajo de las raíces
de la médula del aire
y lo que encontré
fue la verdad de las cosas equivocadas.
Por eso estoy loca
por no poder irme con el primer paisaje
y volar mezclada con el amor
el vuelo de siempre
sobre mi lecho vacío.
Por querer mi libertad
mi amor humano,
porque la aurora llegó
y no la recibí en mi boca.
Porque aquí en mi locura
no hay mañanas
ni esperanzas posibles
sólo ese rumor de suicidio
que me anima cada madrugada.
Porque tengo océanos de ternura
para aquellos a quien amo
y letanías de “perdón para aquellos
que arrugaron mi corazón de niña
y me negaron una vida más digna.
Si, estoy loca
porque amo a Beethoven
a Herman Hesse
a Tchaikhosky
a Jacobo Cárcamo
a Roque Dalton
y a Morazán.
Porque amo a la luna
al sol, a las estrellas
a la música
y a las montañas.
Porque amo a los gatos
a los niños a Walda
y a Pink Floyd.
Estoy loca
porque me alimento de muerte
y miseria en el guaro.
Porque amo a Dios
y admiro a Marx
porque amo la paz
de los cementerios.
Homenaje a Juana por Rose
Mi locura señores
es encontrarme pequeñas criaturas
enterradas bajo pedazos de cartón
como decía mi amigo ramón
el del estanco de la esquina
estos niños cuando se levantan
parecen golondrinas con muletas.
Esa es mi locura
contrariar a chicos plásticos
que leen Vanidades, Cosmopólitan
y “Nuestra Tegucigalpa”
Mi locura está
en el humo asfixiante
que me da la zona peatonal
y el dolor cansado e infinito
que me dio la calle real.
Estoy loca porque salpicaron de lodo
mis pupilas límpidas
mientras esta agonía de dolor
siempre quiere acostarse
conmigo.
Si, estoy loca de dolor
de amor
de rabia por mi impotencia
por mi resistencia de cucaracha
por los gemidos que golpean
las ventanas de mi alma.
Estoy loca por hacer rabiar
a las señoronas ignorantes
cada vez que sus maridos cornudos
fijan sus ojos
en mis tetas caídas sin sotén
que se enteren que mi locura
sienta sus bases
en decir casi siempre lo que pienso
y si a veces callo
es por no herir suceptiblidades
o por consideración
¡ Qué esfuerzo Dios mío!

Estoy loca
por desenmascarar a la gente
su indecencia
por corruptos
ladrones
asesinos
explotadores
y vende-patrias
y sobre todo
porque odio los prejuicios
de aquellas y aquellos
que sólo saben señalar
más no ven el tumor
que tienen en su vagina
y prepucio
y por todas esas cosas
que callo y sé
es por ello que estoy loca

1982